June 12th, 2019

Es difícil recabar información a nivel municipal sobre el ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas. Sin embargo, UDAPE recientemente publicó un Atlas Fiscal con datos municipales, lo cual nos es de gran ayuda. Específicamente, el indicador Ejecución Presupuestaria nos permite entender cómo está cada uno de los municipios en términos de la meta 16.6: Crear instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas en todos los niveles. Los municipios con baja Ejecución Presupuestaria claramente no están funcionando de manera óptima, puesto que ni siquiera logran invertir los limitados fondos que tienen a su disponibilidad según su Plan Operativo Anual (POA). Esto sugiere una falta de capacidad de gestión a nivel local, lo que limitará sus posibilidades de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El Gráfico 1 muestra la Ejecución Presupuestaria (% del presupuesto anual asignado para 2017, que realmente fue gastado/invertido) para una selección de municipios (los 28 Municipios con más de 50 mil habitantes y los 15 municipios que cuentan con menos de 2 mil habitantes en 2017). El promedio simple para todos los municipios de Bolivia es de 70.7%, lo que significa que en promedio han ejecutado los fondos disponibles hasta mediados de septiembre, dejando los fondos para el resto del año en el TGN.

El gráfico muestra la amplia gama de capacidades entre municipios. El rango entre el municipio que más ejecuta su presupuesto y el que menos lo hace, yace entre 94% y 15%. En general, los municipios con mayor población tienen mejor capacidad de ejecución, mientras que los municipios con muy baja capacidad de ejecución todos tienen poblaciones muy pequeñas. En 2017, Puerto Siles, con menos de 2 mil habitantes, solo ejecutó el 15% de su presupuesto, lo que significa que invertió/gastó unicamente el presupuesto de enero y parte de febrero.  Por el contrario, vemos que Trinidad ejecutó su presupuesto previsto hasta principios de diciembre. Ambos municipios respresentan los dos extremos, pero la variabilidad en el aprovechamiento de los recursos financieros del resto de los 337 municipios es bastante alta.

Gráfico 1. Ejecución Presupuestaria de municipios con más de 50 mil habitantes y municipios con menos de 2 mil habitantes, 2017

Fuente: Elaboración Propia con datos del Atlas Fiscal de UDAPE.

La Tabla 1 muestra una clara relación entre el tamaño de la población y la capacidad de ejecución. Los municipios con poblaciones igual o mayor a 250 mil habitantes tienen en promedio una Ejecución Presupuestaria de 86.2%, mientras que los municipios con poblaciones entre 20 mil y 250 mil habitantes, alcanzan un promedio de 76.2%. La gran mayoría de los municipios tienen poblaciones entre 2 mil y 20 mil habitantes, y su capacidad de ejecución está cerca del promedio del 70%. En cambio, los municipios muy pequeños de menos de 2 mil habitantes, tienen en promedio una capacidad de ejecución de solamente 51.7%. A pesar de ello, vemos que existen municipios pequeños que tienen una alta capacidad de ejecución y municipios más grandes que muestran capacidades menores al promedio, como es el caso de Huachacalla, por un lado y Montero por el otro (véase Gráfico 1).

Tabla 1: Ejecución Presupuestaria por tamaño de la población municipal, 2017

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Atlas Fiscal de UDAPE.

Se puede observar en el Gráfico 2 que existe una relación negativa entre Ejecución Presupuestaria y Pobreza Energética Extrema (1). La correlación no es fuerte (ρ = -0.31), pero probablemente refleja un circulo vicioso entre pobreza y baja capacidad de gestión local.

Gráfico 2: Pobreza Energética Extrema (2016) y Ejecución Presupuestaria (2017)

Fuente: Elaboración propia con datos del Atlas Fiscal de UDAPE; y de Andersen, Branisa & Calderón (2019).

También es evidente, por el tamaño de las burbujas que representan el tamaño de la población de cada municipio, que casi todos aquellos con capacidad de ejecución muy baja son municipios muy pequeños y muy pobres. La pobreza causa que la población paulatinamente vaya abandonando estos municipios para migrara hacia otros lugares que ofrecen más oportunidades económicas.

Notas

(1) En un artículo anterior en este mismo blog, se describe la forma en que se mide la Pobreza Energética Extrema.

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* Lykke E. Andersen, Ph.D., Directora Ejecutiva de SDSN Bolivia.

** Lily Peñaranda, M.Sc., SDSN Bolivia, Directora de Desarrollo.

Los puntos de vista expresados en el blog son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente la posición de su institución. Esta serie de artículos forma parte del proyecto titulado «Atlas Municipal de los ODS en Bolivia» que actualmente lleva a cabo la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) en Bolivia.

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